Las risas han tocado a su fin en Dragon Ball Super, se acabó el relleno. Ha comenzado lo serio y en esta ocasión los guionistas no han edulcorado nada, de hecho nos encontramos con un Hit decidido a matar a Goku. ¿Conseguirá su propósito?
El capítulo arranca con un Goku que lleva un tiempo comportándose de forma extraña. Goten y Chi Chi que viven con él no son ajenos a su conducta. Ni come ni habla, se pasa el día con los ojos cerrados y concentrado.
Después Goku es enviado por Chi Chi al centro comercial a realizar unos recados, de todas formas el héroe sigue actuando raro. Así, Goten y Gohan deciden aliarse para seguir a su padre y descubrir que le ocurre. Gohan se disfraza de Saiyaman y a su hermano parecer darle vergüenza, algo que no sucedía cuando era más pequeño.
Lo cierto es que ni siquiera Goku sabe a donde va y de hecho mientras va despistado Bulma se estrella contra él con su coche. Goten y Gohan se dan cuenta de que debido a su estado de alerta esquiva el golpe que le iba a dar Bulma, algo que no es habitual en él, ya que normalmente no actúa así. Así, y tras no descubrir demasiado, Gohan decide acercarse a su padre e invitarle a cenar para ver si descubre algo.
Dejamos a un lado a Goku y ahora vemos a Vegeta, quien se encuentra entrenando en el planeta de Bills con Whis. A Bills no le gusta que sea Goku el único que está entrenándose, y es que el torneo entre universos se acerca y para Bills, Goku es el claro candidato a capitán de su equipo.
Vegeta cree que Whis sabe dónde está Goku pero mantiene su habitual semblante enigmático. Vegeta mientras tanto se cela un poco de que Bills siempre considere a Goku como el más fuerte del Universo 7, así que decide entrenar todavía más duro contra Whis.
A continuación dejamos a nuestros amigos para ir al Universo 6 y allí nos lo encontramos en una ciudad lluviosa, escena que me recuerda a algunos animes de ciencia ficción o incluso a películas como Blade Runner. A través de una serie de escenas bastante impresionantes, Hit se las arregla para adentrarse en una corporación mafiosa y eliminar a su jefe.
Volviendo con los nuestros nos encontramos a un Goku en un ambiente distendido en casa de Gohan, vuelve a ser el Goku de siempre, comiendo todo lo que le pongan en los platos. Tras la cena Goku cae en la cuenta de que Hit está cerca, vuela para ir a luchar contra él.
Gohan no es capaz de reprenderse y al final termina contándole a Piccolo lo que está ocurriendo. Ahora Gohan, Goten y Piccolo saben que Hit quiere matar a Goku. Aún saben que ellos poco pueden hacer ante tal amenaza.
Goku aterriza en un lugar solitario y desde ahí intenta localizar la presencia de Hit. Hit es todavía más sigiloso que Goku y logra colocarse tras de él. Sin embargo, no lo mata aún teniendo la oportunidad de hacerlo.
Goku se confía y le dice a Hit que sabe cómo contrarrestar su técnica del “salto en el tiempo”. Hit le advierte de que no podrá hacer nada. Aún así Goku cree en sus posibilidades y rápidamente se transforma en Super Saiyan Blue. No quiere simplemente morir sin antes luchar por su vida.
Lo que Goku no sabe es que Hit ha desarrollado una nueva técnica con la que es capaz de matar a cualquiera de un solo golpe. Este puñetazo es capaz de detener el corazón de cualquiera al instante. Después Hit utiliza su técnica sin que Goku pueda hacer nada y nuestro héroe cae desplomado al instante. Lo último que hace Goku es disparar su ki desviándolo hacia el cielo.
Hit desaparece y a continuación aparecen Piccolo, Gohan y Goten. Gohan confirma que Goku ha muerto. Goten que es todavía muy joven llama a su padre muerto y con ello el capítulo 71 llega a su conclusión.
Y la verdad es que este capítulo fue algo totalmente inesperado para aquellos que no se miraron las sinopsis y ha dado un grado de dramatismo a la serie que no había alcanzado hasta ahora. Lo mejor ha sido poder ver que Hit es un adversario temible, frío y calculador.
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